Hermosillo, Sonora. — La violencia volvió a golpear con fuerza brutal e incomprensible. Tres niñas hermanas, fueron encontradas sin vida la mañana del sábado sobre una toalla, en un paraje solitario de la carretera 36 Norte, en las inmediaciones del poblado Miguel Alemán. Tenían entre cinco y ocho años, y aún llevaban puestas sus pijamas.
Según testimonios de colectivos de búsqueda que acudieron al sitio, las menores fueron halladas abrazadas. Las dos mayores, gemelas de ocho años, sostenían a su hermanita menor en el centro, como si hubieran querido protegerla hasta el último momento. Esa imagen, relatada por buscadoras y activistas, ha conmovido profundamente a la sociedad sonorense y mexicana.
La tragedia comenzó un día antes, el viernes, cuando fue localizado el cuerpo de una mujer —la madre de las menores— en una cuneta de la misma carretera, unos kilómetros antes. Vestía una camiseta azul y pantalón de mezclilla, y presentaba signos evidentes de violencia.

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Aunque las autoridades aún no han emitido una versión oficial detallada, se presume que la madre y sus hijas fueron privadas de la libertad en su propio hogar, ya que las cuatro vestían ropa de dormir al momento de ser localizadas.
“Es una escena que duele hasta los huesos. Las niñas estaban abrazadas, como protegiéndose. Algo que hasta al más duro lo hace llorar”, relató entre lágrimas Cecilia Delgado, representante del colectivo Buscadoras por la Paz Sonora, en un video difundido en redes sociales.
La noticia ha generado una oleada de indignación y dolor. En redes sociales, miles de personas exigen justicia, señalan la negligencia institucional y piden que el caso no quede impune, como tantos otros feminicidios y crímenes contra niñas, niños y mujeres en México.
Sonora está de luto. Miguel Alemán llora a tres niñas que apenas comenzaban a vivir, y a una madre que no pudo defenderlas de la violencia implacable que asola al país.
Hoy, la exigencia es clara: justicia y verdad. Que este crimen no quede sepultado entre el silencio y la impunidad.