Por Beatriz Flores

Mientras el alcalde Crhistian Martínez pasea por Benicia, California, su municipio vive una crisis de violencia de los últimos años: homicidios a la alza, enfrentamientos armados, impunidad y total hermetismo por parte de su administración. La población está cansada y alarmada.

La tarde del jueves 3 de julio, Tula volvió a ser escenario de un fuerte operativo policiaco que sembró el pánico entre los habitantes de varias colonias. En San Francisco Bojay, La Malinche, 16 de Enero y La Mora, se reportaron detonaciones de arma de fuego, heridos y una inusual movilización de cuerpos de seguridad.

Testimonios en el lugar indican que al menos cuatro personas resultaron heridas, una de ellas fue trasladada de emergencia al hospital regional.

Durante el operativo, vecinos de La Mora relataron cómo elementos armados descendieron de las unidades policiacas para inspeccionar viviendas, lo que incrementó el miedo y la confusión. Los uniformados buscaban presuntamente a individuos armados que viajaban en una camioneta blanca. En medio de este despliegue, un policía municipal resultó lesionado por arma.

La respuesta del gobierno estatal fue igual de limitada. El secretario de Seguridad Pública, Salvador Cruz Neri, acudió a la zona custodiado por elementos de la Guardia Nacional, ejército, policía estatal y municipal, pero no ofreció datos concretos. Confirmó únicamente que hubo un enfrentamiento entre grupos delictivos y un policía herido, sin mencionar más lesionados, muertos ni detenidos.

Como si el ocultamiento de información fuera ya política oficial, reporteros de Retrovisor y del Semanario Rumbos fueron obstaculizados por los propios elementos de seguridad cuando intentaban documentar los hechos. Se les bloqueó el paso con una valla humana, les apuntaron con lámparas para impedir grabar, y el funcionario solo habló hasta el final, cuando ya se retiraba en su camioneta.

Este hecho violento no es un caso aislado. Desde el inicio de la administración de Crhistian Martínez, Tula ha registrado un aumento sostenido en hechos delictivos de alto impacto, sin que se vea una estrategia clara de seguridad ni voluntad por informar a la ciudadanía. En contraste, el alcalde se encuentra actualmente fuera del país, en una visita a Benicia, California, mientras su municipio sangra y sus ciudadanos claman por respuestas.

Los tulenses se preguntan: ¿dónde está el presidente municipal? ¿Dónde está la rendición de cuentas? ¿Dónde está la autoridad? Porque lo único que sigue creciendo es el miedo… y la impunidad.