Mientras la frontera norte recibe a 10 mil elementos de la Guardia Nacional para frenar la migración y el tráfico de armas y drogas, las carreteras mexicanas carecen de suficiente vigilancia para proteger a transportistas y viajeros.

La autopista México-Querétaro, en el tramo comprendido entre Coyotepec y San Francisco Soyaniquilpan, con Tepeji del Río al centro, se ha convertido en un foco rojo de asaltos y homicidios. A pesar de la creciente incidencia delictiva, las autoridades han mostrado una respuesta insuficiente para frenar esta situación.

Un corredor peligroso para transportistas y pasajeros

La Asociación Mexicana de Transportistas ha manifestado su preocupación, pues esta autopista es considerada la segunda más peligrosa del país en delitos contra el sector. En 2024, se registraron más de 400 asaltos, es decir, más de uno por día.

Los operadores de carga atraviesan el tramo con temor, especialmente en zonas como Santa Ana Atzcapotzaltongo, La Cañada y Vega de Madero, conocida como “Corrales”. En este punto, los robos son constantes y las pérdidas materiales simplemente se esfuman. Además, la desviación hacia la antigua carretera México-Querétaro y Jilotepec ofrece rutas de escape perfectas para los delincuentes.

El transporte público también se ha visto afectado. Autobuses y microbuses han sido víctimas de atracos en los que han salido a relucir armas de fuego, con pasajeros lesionados en algunos casos, sobre todo en el tramo de Coyotepec y Huehuetoca en el Estado de México.

Falta de acción por parte de las autoridades

A pesar de los constantes anuncios de operativos, la realidad es que la Guardia Nacional, encargada de vigilar las autopistas, brilla por su ausencia en los tramos más peligrosos. Según datos de la misma corporación, los kilómetros 55, 75, 78, 80, 90, 105 y 120 son puntos con alta incidencia delictiva. Sin embargo, los transportistas no han visto mejoras en la seguridad.

La noche del 6 de febrero de este año, en el kilómetro 78, un operador y su acompañante fueron asesinados a tiros a través del parabrisas de su tráiler en el intento de asalto. Un custodio intentó repeler la agresión y resultó herido. El copete de la unidad refiere pertenecer a la empresa TLH.

En octubre de 2024, la diputada federal María Luisa Mendoza fue asaltada en el tramo de Tepeji del Río. Su denuncia llamó la atención de las autoridades, pero los operativos implementados fueron efímeros, y los robos continúan con mayor frecuencia y violencia.

Refugios para la delincuencia

Se ha especulado que delincuentes se resguardan en Santa Ana Atzcapotzaltongo y en bodegas ubicadas a lo largo de la autopista, utilizadas para ocultar vehículos robados y mercancía saqueada. Un ejemplo es el kilómetro 74, donde en una explosión se descubrió un centro de almacenamiento de combustible robado y tráilers hurtados. Tras un cateo de PEMEX y autoridades federales, varias unidades fueron incautadas y puestas a disposición del Ministerio Público.

Esfuerzos municipales y omisión federal

El gobierno municipal de Tepeji del Río, en administraciones anteriores, se deslindó de la seguridad de la autopista, argumentando falta de competencia en la materia. Esto permitió el aumento de delitos en el tramo correspondiente al municipio.

En la actual administración, la alcaldesa Tania Valdez Cuéllar ha ordenado a la policía municipal realizar operativos en la autopista, a pesar de que esta vigilancia corresponde a la Guardia Nacional. Sin embargo, los incidentes no han disminuido, ya que la corporación federal sigue sin intervenir de manera efectiva en las “zonas calientes” identificadas por los transportistas.

Incluso se ha cuestionado la presencia de un batallón de la Guardia Nacional en Tepeji del Río, pues los asaltos y el robo de hidrocarburos no han disminuido en la región.

Derechos de los transportistas y el papel de CAPUFE

Los transportistas afectados deberían recibir cobertura de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) por el pago de peaje. Sin embargo, en muchos casos, las indemnizaciones no son reclamadas, especialmente en situaciones de homicidio. Parte del peaje recaudado se destina a la Guardia Nacional, encargada de la seguridad en estas vías, pero los resultados han sido insuficientes.

Por otro lado, los accidentes provocados por el mal estado de las carreteras también representan un problema grave, pero ese será tema de otro artículo.